-¿Dónde narices se han
metido estos?-pregunté cuando ya habíamos acabado de cenar.
Los chicos no habían
aparecido por la puerta, después del ‘Ahora bajamos’ que dijo Jake al
encontrarnos cuando bajábamos a cenar no sabíamos nada de ellos, le di un toque
a Alex pero no lo cogió ni contestó.
-¿Dónde
estarán?-preguntó Kat.
Era raro que no
hubieran bajado, estaban tramando algo, lo sabíamos. No sabíamos si algo para
bien o para mal, pero algo habían tramado.
-¿Y qué estarán
haciendo?-preguntó Valeria.
De repente, Robert
apareció por la puerta de la cafetería, solo, sin ninguno de los chicos detrás,
iba demasiado bien vestido para ser la hora de cenar. Robert se acercó a
nosotras.
-Chicas, venid, tenemos
algo preparado para vosotras.
-¿Y eso por
qué?-contestó Kat.
-Por la pizza.
-¿En serio?-preguntó
Valeria tan alucinada como yo.
-Sí.
-Si llegamos a saber
que ibais a hacer algo para nosotras, en vez de traeros pizza os llevamos otra
cosa o a un restaurante a cenar-contesté riendo.
Robert sonrió.
-Venga ¿Venís?
-Vamos.
Robert nos guió por el
pasillo de salida del instituto pero en vez de salir al instituto, nos hizo
subir por las escaleras, seguimos el pasillo de las clases hasta el final y en
la última puerta a la derecha Robert aporreó la puerta. Los chicos abrieron.
Entramos en el aula, era un aula vacía que los profesores usaban para guardar
material antiguo. Lo que aún no consigo entender es como consiguieron las
llaves de esa aula. Las luces estaban apagadas y no veíamos nada, sentí dos
brazos cogiéndome por la cintura y guiándome hacia dentro y alguien me susurró
al oído.
-Gracias por la pizza.
Descubrí que la voz era
la de Alex. Robert, que aún estaba en la puerta, encendió la luz de la clase.
Habían limpiado la clase, había mantas y cojines en el suelo y mi guitarra y la
de Alex estaban en una esquina. ¿Cómo narices había entrado en la habitación?
Había una pantalla en la pared y un proyector conectado a un portátil, que no
era el mío.
-¿Cómo entraste en
nuestra habitación?-pregunté a Alex una vez que todas estábamos sentadas en las
mantas.
-Aquí el genio,-dijo
dándole una palmada a Zack en el hombro- que sabe abrir puertas.
-¿No habréis cotilleado
donde no debíais?-pregunté mirándoles a los ojos.
-Puede…-dijo Alex con
una sonrisa pícara.
-La madre que
lo….-grité a la vez que le daba un puñetazo con un poco de fuerza en el hombro.
Valeria, Kat y los
demás chicos se echaron a reír.
-Bueno, esto era para
daros las gracias por la pizza, y una manera de deciros que somos como una
familia, y que sois nuestras hermanitas pequeñas-dijo Nico sonriendo.
-¡Ay, que
majos!-exclamamos sonriendo.
Le dimos un beso en la
mejilla a cada uno de los chicos y todos sonrieron.
-De verdad, no hacía
falta-dijo Valeria.
-No,-contestó Kat-pero
ya que lo habéis hecho vamos a pasarlo bien.
-Dormimos aquí
¿no?-pregunté algo confusa.
-Sí.
-¿Y mañana?-preguntó
Valeria.
-Mañana a las seis en
pie para llevar todo esto sin que nos pillen-contestó Robert
-¿Pero las puertas del
insti no están cerradas?-preguntó Kat.
-Nena, la puedo
abrir-dijo Zack sonriendo.
Kat miró sonriendo a
Zack.
-¿Vemos una peli?-preguntó
Jake.
-¿Una de
miedo?-pregunté sonriendo.
-No, que luego nos
meten sustos y no nos dejan dormir-contestó Valeria.
-No lo haremos,
prometido-contestó Alex.
-¿Seguro?-pregunté
mirándole fijamente a los ojos.
-Seguro-dijo
manteniendo la mirada en los míos.
-Vale, entonces ¿Cuál
vemos?-pregunté.
-¿Saw?-preguntó Kat.
-Vale.
Nico seleccionó el
archivo de la película en su portátil y le dio al play, la película se veía en
la pantalla gigante. Valeria estaba entre Kat y yo, a mi izquierda estaba Alex,
al lado de Alex, Zack, y detrás de nosotros se sentaron Nico, Jake y Robert. La
película comenzó con una escena sangrienta. Valeria se puso uno de los cojines
en la cara y a cada escena en la que había sangre o cualquier cosa asquerosa se
tapaba la cara con el cojín. Kat veía la película sin inmutarse con nada, los
chicos miraban la película riéndose y haciendo chistes malos sobre las escenas,
y yo observaba como Alex miraba la película poniendo caras raras cada vez que
sucedía algo desagradable. Era una película que tenía algo, algo con lo que
soñar en una de tus peores pesadillas, no era exactamente una película de
miedo, pero narraba formas de vida o muerte que a ninguna persona le gustaría
pasar por ellas. Mientras miraba a la pantalla noté como Alex me miraba, le
devolví la mirada y le sonreí. Apoyé mi cabeza en su hombro y seguí viendo la
película. Valeria se tumbó en las piernas de Nico, que estaba detrás de ella y
Kat se sentó al lado de Robert y Jake para hacer más chistes malos sobre la
película. Una escena en la que salía mucha sangre e intestinos les llamó la
atención.
-Tío, ahí han gastado
más kétchup y salchichas que las que comemos nosotros en todo un año-dijo Jake
riéndose.
Todos estallamos a
reír. Seguimos viendo la película callados, pero riéndonos a cada poco por las
paridas que soltaban Jake y Robert. Kat se estaba quedando en el hombro de
Robert.
-Lo que yo decía si
aquí somos como una gran familia-dijo Alex en voz baja para no molestarles.
-Sí,-contesté
sonriéndole-tú eres mi hermanito mayor y mi profe de guitarra ¿vale?
-Vale-contestó
sonriendo.
Valeria se quedó frita
encima de las piernas de Nico. Robert se quedó dormido apoyado en Kat. Alex me
rodeó con su brazo y apoyó mi cabeza contra su pecho. Oí los latidos de su
corazón, latían fuerte ¿Eso significaba que le gustaba? ¿O que estaba nervioso?
Poco a poco, escuchando los latidos de su corazón fui quedándome dormida…
-Mira que cuatro-oí
decir a Jake cuando me desperté.
-¿Qué, tiene un pecho
cómodo?-contesté riendo.
-Se ve-contestó Zack.
-¿Apagamos la peli y
dormimos ya?-preguntó Jake.
-No sé tío, ¿Qué hora
es?-preguntó Alex,
-Las doce.
-Pues apaga anda que
mañana ya verás para levantarnos-dijo Nico.
Jake se levantó y apagó
la película, saqué mi móvil del bolsillo y puse la alarma para las seis de la
mañana. Jake apagó la luz y se tumbó encima de una de las mantas. Alex se tumbó
y me tumbó apoyando mi cabeza en su pecho. Me dio un beso en la frente y me susurró
al oído.
-Buenas noches.
-Buenas noches-contesté
en un susurro.
Me abracé a su cuerpo y
me dormí escuchando su respiración y los ronquidos de Robert. Estaba cómoda a
su lado, me sentía bien con él cerca. Eso quería decir que… ¿Estaba enamorada?
Puede, pero no pensaba decir nada sobre mis sentimientos hasta averiguar los
suyos, no quería tirar nuestra amistad por la borda por un ‘Te Amo’. Pero ¿Y si
Valeria y Kat tenían razón? ¿Y si es verdad lo que decían? ‘Es cuestión de
tiempo’ me repetía a mí misma una y otra vez. Con un poco de tiempo lo
averiguaría, un tiempo que no sabía exactamente cuándo llegaría pero que
posiblemente estaba cerca. Un tiempo que podía cambiar dos vidas, dos vidas que
estaban separadas pero que puede que algún día se unieran. Y fueran una sola.
Me abracé a él con más fuerza, intentando decirle que no quería que se alejara
de mí, que le quería tener cerca. Tenía los ojos cerrados pero sabía que no
estaba dormido, lo miré a los ojos y vi como uno de sus ojos se entreabría.
-Alex,-susurré-¿estás
despierto?
-No-contestó riendo en
voz baja.
-Ya veo como no-dije
levantando la cabeza y soltándome de él.
-Duérmete que mañana
vamos a quedarnos dormidos y no vamos a llegar a clase-dijo susurrándome al
oído.
Me volvió a apoyar la
cabeza contra su pecho y ésta vez me acarició el pelo a la vez que susurraba.
-Buenas noches.
-Buenas noches, anda.
Me volví a abrazar a él
y noté como su mano rodeaba mi cintura. Me dormí escuchando los latidos de su
corazón, parecía que latía al ritmo de una canción, una canción tranquila. Eso
quería decir que estaba relajado. Ésta vez sí que me dormí, ya nada me pudo
despertar, excepto la canción que sonaba de alarma ‘Where Have You Been’
de Rihanna.
-Buenos días-dije en
voz alta despertando a todos y apartándome del lado de Alex-recoged las cosas
que nos vamos.
-¿Qué hora es?-preguntó
Valeria.
-Las seis-contesté.
-Tía, que entramos a
clase a las ocho y media-dijo Kat aún adormilada.
-Ya, pero tenemos que
recoger esto antes de que nos pillen-dijo Nico, aún tumbado en el suelo.
-¡Venga, venga
vamos!-exclamé poniéndome de pie y dando palmadas apurándoles.
Valeria, Kat y Nico
fueron los tres primeros en levantarse, Zack, Jake y Robert les siguieron y
Alex, aún seguía en el suelo con los ojos cerrados. Miré a Kat sonriendo y nos
acercamos a Alex, le hicimos cosquillas y se levantó. Era la mejor manera de
despertar a la gente, o a cosquillas o a gritos. Y en aquel momento, eran
mejores las cosquillas. Los chicos y Kat comenzaron a recoger las mantas y los
cojines, Nico desconectó el portátil del proyector y Valeria y yo nos colgamos
las guitarras al hombro. Salimos del aula sigilosamente y nos dirigimos a la
puerta del instituto, las luces aún estaban apagadas. El edificio sólo estaba
iluminado por la luz del sol. Salimos del instituto y Zack, con una tarjeta de
plástico, consiguió abrir la cerradura de la puerta, de forma que tras salir se
volviera a trancar. Eso era lo que había hecho con la puerta de nuestra
habitación. Tras atravesar el patio del instituto llegamos al edificio
principal, entramos de la misma forma y
subimos las escaleras en dirección a nuestras habitaciones. Entramos en
la habitación de los chicos y dejamos los cojines, las mantas y la guitarra de
Alex en una de las camas. A continuación entramos en la nuestra, posamos mi
guitarra y nos peinamos. Poco tiempo después fuimos a la cafetería a desayunar.
Nos servimos el desayuno y nos sentamos en la mesa de siempre. Quedaba media
hora para entrar en clase.
-¿No había nada que no
estuviera en su sitio cuando entrasteis en la habitación no?-preguntó Alex
sonriendo pícaramente.
-¿Dónde estuvisteis
cotilleando?-pregunté mosqueada.
-En ningún
sitio-contestó mirando a Zack con una mirada cómplice.
Zack sonrió y añadió.
-En serio, no miramos
nada que no tuviéramos que ver-dijo mirándonos a las tres- de verdad, no os
preocupéis.
Zack devolvió la mirada
a Alex, esta vez seriamente.
Las chicas y yo
sabíamos que Zack no nos estaba diciendo la verdad y eso que solo les
conocíamos de hacía cuatro días, éste era el quinto día que estábamos con ellos
y ya éramos como una pequeña familia. Di un mordisco a mi croissant y di un
trago a mi vaso de zumo de naranja.
-Vale, os decimos la
verdad,-dijo Alex mirándome a los ojos-estuvimos…cotilleando…en uno de vuestros
cajones.
En ese momento me
atraganté con el zumo y me puse a toser como una loca. Valeria se acercó a mí y
me dio unas palmadas en la espalda para que me relajara.
-Tranquila, que ahora
les matamos, no te preocupes-dijo sonriéndome.
-¿Quién narices os
manda cotillearnos nuestras cosas y meteros en nuestra habitación?-solté
enfadada.
-Nadie-contestó Zack.
-¿Entonces?-pregunté
mirándole furiosa.
-Ven conmigo un
segundo-dijo Alex cuando vio que estaba a punto de estallar, caminando hacia la
puerta.
-¿Para qué?-pregunté
aún más enfadada.
-Sorpresa.
Me levanté y salí
detrás de él.
-Estoy hasta las
narices de las sorpresas, no sé a qué tiene que venir tanta sorpresita por aquí
y tanta por allá si después me hacéis cabrear con cualquier bromita que se os
ocurre.
-Hazme caso, relájate-dijo
mirándome a los ojos y acercándose a mí.
Le miré a los ojos y
moví la cabeza de un lado a otro.
-Sois
gilipollas-contesté caminando hacia mi habitación.
Alex me siguió sin
decir una palabra a un paso más rápido que el mío. Se dirigió a la puerta de mi
habitación. Abrí la puerta de mi habitación y me senté en la cama. Alex se
acercó a mi mesita de noche y abrió el primer cajón, donde tenía el cargador de
mi móvil, la cámara de fotos y el iPod. Del cajón sacó un trozo de papel
doblado y me lo entregó. Lo desdoblé y lo leí:
Lo siento por haber entrado en tu habitación y
coger tu guitarra sin permiso, supuse que te enfadarías, por eso te he traído
hasta aquí para que leas esto y veas que no lo hicimos a propósito. Solamente
queríamos pasar una noche con vosotras y te juro que éste ha sido el único
cajón que he abierto. Te Quiero. Un Beso. Alex
Le miré a los ojos al
acabar de leer el papel y le di un beso en la mejilla.
-Tendré que
perdonarte-dije sonriendo.
-Disculpas aceptadas
pero,-dijo sonrojándose un poco-¿Y ese beso?
-Supongo que por el que
has escrito tú aquí-contesté sonrojándome también y señalando la nota.
Alex se sentó en la
cama a mi lado, noté como me miraba los labios y se acercaba a mí. Le miré a
los ojos, mis mejillas ardían y mi corazón latía muy fuerte. Se acercó aún más
y nuestros labios se rozaron. Coloqué mis manos en su pelo y me abracé a él,
aún estábamos a pocos centímetros, de repente…la puerta de la habitación se
abrió. Eran Valeria, Kat y los chicos. Entraron en la habitación y las chicas
me miraron sonriendo. No nos apartamos, apoyé la cabeza en su hombro y me
susurró en el oído.
-De verdad, lo siento
no pensé que te cabrearías tanto.
-No estoy
cabreada-contesté guiñándole un ojo.
Me aparté de él y Alex
salió hacia donde estaban los chicos, en dirección a su habitación, oí algún
que otro grito y palmadas al otro lado de la pared y Valeria cerró la puerta de
la habitación. –Oh no, interrogatorio-pensé. Kat y Valeria se sentaron en mi
cama.
-Ya vas soltando lo que
pasó,-dijo Valeria mirándome sonriendo.
-No nos vamos a clase
hasta que lo cuentes-dijo Kat.
-Oh, sí,-dije
riendo-llegamos tarde.
Nunca me había alegrado
tanto de estar a punto de llegar tarde a clase, no me apetecía contarles nada.
Aunque me temía que nos pasaríamos las clases a notitas. Y lo que más me temía
hoy descubrirían algo, algo que hacía unos días ni yo misma sabía…
ATENCIÓN, ME GUSTARÍA SABER VUESTRAS OPINIONES SOBRE LA HISTORIA, CUALQUIER OPINIÓN BUENA O MALA, (PARA INTENTAR MEJORAR) TWITTEADLA JUNTO AL #WMYBNOVELA UN BESO. LA ESCRITORA.
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