*Esa misma noche, en una de las
habitaciones de la residencia de un lugar de Londres*
Valeria y yo entramos por la puerta de
la habitación, nos pusimos el pijama y nos metimos en la cama, acabábamos de
volver de la cena.
-¿Nos quedamos un rato hablando o estas
cansada?-preguntó Valeria.
-Nos quedamos hablando,-dije
sonriendo-¿que hicisteis cuando Alex y yo fuimos a la tienda de música a por la
guitarra?
-Fuimos a la tienda de Billabong a
comprar el skate de Zack, a
Stradivarius, a Claire’s y a otra tienda de ropa de chicos que nos llevó Nico y
no me acuerdo de cómo se llama,-contestó Valeria- ¿y vosotros? ¿Qué hicisteis
después de salir de la tienda de música?
-Estrenar la guitarra de Alex-contesté
sonriendo.
-¿Pero algo más haríais no?-preguntó
Valeria mirándome fijamente.
-Me llevó a un parque de al lado del
Buckingham Palace y estuvimos cantando ‘Cry Me A River’-dije sonriendo.
-Oh, qué bonito-dijo Valeria mirándome
dulcemente-¿Y no pasó nada?
-Nada de nada-contesté sonriendo.
-No sé si creerte-contestó mirándome.
-Pues deberías-contesté.
-Te creo, pero sé que algo va a pasar
entre vosotros dos-contestó sonriendo.
-¿Cómo estás tan segura si solo ha
pasado un día?-pregunté entrando en razón.
-No lo sé, simplemente lo creo-contestó
Valeria.
Yo creo que era imposible saber nuestros
sentimientos en un solo día pero Valeria tenía algo de razón, me sentía a gusto
con él. Era un amigo, y pude que surgiera algo entre nosotros, pero no tan
pronto. Aún no, puede que en el futuro, en un futuro próximo o lejano, ya se
vería como estaban las cosas.
-Además…-dijo Valeria-yo creo que hacéis
buena pareja, los dos sois músicos-dijo con una amplia sonrisa.
Alguien picó en la puerta de la
habitación, ¿Quién sería a estas horas? Me levanté de la cama, me puse las
zapatillas y abrí la puerta.
-Hola,-saludó una chica morena de ojos
verdes-soy vuestra nueva compañera.
-Hola-dije dándole dos besos-yo soy Sara
y esta es Valeria-dije señalando su cama.
-Me llamo Kat,-dijo sonriendo-encantada.
Valeria se acercó a la puerta y las dos
ayudamos a Kat a meter sus cosas dentro de la habitación.
-¿De dónde eres?-pregunté cuando nuestra
nueva compañera entró a la habitación.
-Nací en Madrid, pero llevo diez años
viviendo en Los Ángeles-contestó la chica.
-Guau. Siempre he querido ir a allí-dijo
Valeria.
-Y yo, es mi lugar favorito, y eso que
aún no he ido-dije riendo.
-¿Y vosotras?-preguntó.
-Yo soy de Asturias-contesté.
-Y yo de Valencia-contestó Valeria.
Kat colocó la ropa en su armario y sus
pertenencias en los cajones y estanterías que le correspondían y eligió la cama
de al lado de la mía para dormir. Se puso el pijama y se sentó en su cama,
Valeria hizo lo mismo y yo fui a llamar a los chicos para presentarles a Kat.
Al cabo de un rato, todos los chicos entraron en nuestra habitación. Se
presentaron y nos pusimos a hablar hasta tarde, Alex vino a mi cama y cogió mi
guitarra, se sentó y se puso a tocar. Jake, Robert, Nico y Valeria estaban
hablando animadamente con Kat mientras que Alex y yo estábamos disfrutando de
la música que Alex hacía con las seis cuerdas de mi guitarra. Aún así estábamos
prestando atención a lo que estaban hablando.
-¿Sabes que tú nombre tiene nombre de
Kit Kat?-dijo Jake riéndose.
-Siempre que llego nueva a algún sitio,
alguien hace ese chiste-dijo Kat sonriéndole.
Alex, seguía tocando la guitarra a mi
lado. Saqué mi portátil de la funda, lo encendí y me tumbé en la cama con el
portátil encima de las piernas. La melodía que Alex estaba tocando con mi
guitarra me dio una idea para una canción, abrí el Word y comencé a escribir
una letra nueva.
‘Cause baby, when you laugh, when you smile,
When you say hello or when you say goodbye,
All the things are right,
When you are with me’
-¿La acabas de escribir ahora, o ya la
tenías?-preguntó Alex mirando la pantalla del ordenador.
-Ahora-dije un pelín nerviosa. No me
había dado cuenta de que estaba leyéndolo.
-Pues, está bien, ¿Te ha salido sin
más?-preguntó poniendo un brazo en la nuca, y sonriéndome.
-Sí, simplemente escuchando lo que
tocabas-dije mirándole.
-Me gusta, podemos escribir una canción
juntos-dijo sonriendo.
-Me encanta esa idea,-dije mirándole a
los ojos-¿Vemos una peli?, tengo algunas en el portátil.
-Vale, pero nos ponemos los cascos para
no molestar, que tienen una conversación ahí…-dijo Alex sonriendo mirándoles.
Alex guardó mi guitarra en la funda, se
sentó a mi lado, más cerca que antes y saqué unos cascos del cajón que había en
mi mesita de noche, los conecté en el ordenador, le di un casco a Alex y el
otro lo puse en mi oreja.
-¿Cuál vemos?-pregunté señalando todas
las películas que tenía en una de las carpetas del ordenador.
-¿Saw?-preguntó Alex mirándome.
-No, que si no luego no duermo-contesté
mirándole a los ojos.
-Si quieres, duermo contigo-dijo
sonriendo.
-Mejor, vemos otra-dije rechazando su
oferta.
-Vale, ¿Amanecer?-preguntó sonriendo.
-Sí, me gusta esa película.
-¿Qué película te gusta? ¿Qué
hacéis?-preguntó Valeria.
-Vamos a ver Amanecer-dije sonriendo a
Valeria-¿Queréis verla?
-Vale-contestó Valeria.
-Me encanta esa peli,-dijo Kat- Taylor
Lautner está como un pan.
-Lo sé,-dije sonriéndole-sentaros por
aquí.
Valeria y Kat juntaron la cama de Kat a
la mía y se sentaron en la cama de modo que pudieran ver la peli, los chicos
hicieron lo mismo con la de Valeria y se sentaron al lado de Alex.
Pronto en la pantalla del ordenador,
apareció un bosque con los árboles y las hojas mojados, era el bosque de La
Push, en Forks. Jacob lanzaba un papel al suelo; la invitación para la boda de
Edward y Bella se quitaba la camiseta y echaba a correr. Poco a poco acabamos
de ver la película, cuando nos dimos cuenta ya eran las doce de la noche.
-Nos vamos que es tarde-dijo Zack
mirando la hora en el móvil.
-Venga hasta mañana chicas-dijo Alex.
-Adiós-contestamos nosotras.
Los chicos salieron de nuestra
habitación y la cerraron sin hacer ruido, Valeria y Kat separaron sus camas de
la mía y se sentaron cada una en su cama.
-Kat, ¿a qué Alex y ella hacen buena
pareja?-preguntó Valeria mirándome.
Te mato, pensé dirigiéndole una mirada
de asesina a Valeria.
-¿Estáis saliendo?-preguntó Kat
mirándome.
-No-contesté enrojeciendo.
-De momento-dijo Valeria.
-No,-contesté- de momento no, hay
millones de chicas en la residencia no voy a ser la elegida-contesté riendo.
Parecía una película de extraterrestres.
Valeria y Kat me miraron sonriendo.
-Ya, pero se nota que hay algo-dijo Kat.
-Si acabas de llegar, como vas a notar
que hay algo, si además no hay nada, somos buenos amigos, nada más-dije
empezando a cabrearme un poquito.
-Bueno, vale-dijeron Valeria y Kat
mirándose la una a la otra.
-A dormir-dije intentando librarme de
sus pensamientos y metiéndome en la cama.
-Está bien-dijeron sin rechistar.
Se tumbaron y apagué la luz, apoyé mi
cabeza en la almohada y comencé a pensar en lo que había pasado, tenía una foto
con Niall Horan, y Alex, me había
llevado a un lugar precioso donde habíamos hecho lo que más nos gustaba a los
dos. Para haber sido el segundo día de nuestra estancia en Londres, parecía que
nos conocíamos de toda la vida, había sido un día maravilloso, no sabía cuál
era la razón, pero había sido un día especial. Al día siguiente fuimos a clase,
la rutina diaria de siempre, los chicos habían planeado quedarse la tarde
jugando un partido de fútbol por lo que después de comer, Valeria, Kat y yo
salimos a la ciudad de compras. Nos acercamos hasta el Covent Garden, sabíamos dónde
estaba gracias al día anterior, cerca de allí conocimos a Niall Horan. Una
experiencia que sería inolvidable para nosotras hasta el último día de nuestra
estancia en Londres. O por lo menos, del primer año. El Covent Garden era cómo
una especie de mercadillo, había varios puestos con jabones, camisetas, gorras,
recuerdos, incluso había una tienda sólo de caramelos. Nos adentramos en el
Covent Garden, unos mimos estaban quietos como estatuas, un mago hacía
desaparecer euros y aparecer libras y una chica de unos veinte años, estaba
cantando ópera en la planta baja del Covent Garden. Bajamos las escaleras para
verla más de cerca, le echamos unas monedas en una cajita de cartón que tenía a
sus pies, y le sonreímos. La joven nos sonrió sin dejar de deleitarnos con las
notas tan agudas que salían de sus cuerdas vocales. Cerca de allí una tienda
nos llamó la atención las paredes una de color fucsia y la otra de un tono de
azul eléctrico, las estanterías de varios colores, y las camisetas con mensajes
graciosos en el escaparate nos hicieron entrar a mirar la tienda por dentro,
salimos de allí cada una con una camiseta. La mía ponía: Kiss Me, I’m super sweet y el dibujo de un pastel de fresa. La de
Valeria tenía un conejito rosa y ponía:
I’m cute and you know it. Y la de Kat tenía el dibujo de un bote de kétchup
y unas patatas y ponía: Give Me a Kiss. A
partir de ahora esa tienda, para nosotras sería la tienda de las camisetas
monas. Entramos en un par de tiendas más donde nos compramos vestidos y alguna
que otra camiseta y salimos del Covent Garden. En las afueras de la plaza había
una pizzería. Entramos y nos sentamos en una mesa. Kat fue a pedir.
-Ir de compras da hambre-dijo Valeria.
-Sí, y eso que acabamos de comer hace
dos horas-contesté riendo.
Kat volvió a la mesa con dos pizzas
grandes de jamón y queso y tres latas de Coke.
-Qué aproveche chicas-dijo Kat
sentándose.
-Igualmente-contestamos Valeria y yo.
-El tercer día en Londres y no pisamos
la residencia por la tarde-dije al acabar de dar un bocado a una porción de
pizza.
-Ya,-dijo Kat-las ventajas de saber
inglés, que puedes salir de la residencia cuando quieras y no tienes problema
para pedir en las tiendas.
Acabamos de comer una pizza y la otra la
llevamos para la residencia, fuimos a posar las bolsas a la habitación y
salimos con la pizza a la cancha de fútbol. Cogimos una última porción cada una
y el resto lo dejamos para los chicos. Vimos como Nico, Zack, Alex, Jake y
Robert jugaban un partido de fútbol contra un grupo de alemanes e italianos.
Los chicos contra los que estaban jugando estaban en nuestra clase, algunos los
conocíamos de vista otros debían de estar en la otra o en un curso superior.
Las clases estaban repartidas de una manera distinta a la de España; los que
estarían en segundo y tercero en un curso, y los de cuarto y mayores de
dieciséis en otro. Los de primero estaban en el Primary School, que vendría a
ser primaria en España. Kat era un año mayor que nosotras y los chicos, menos
Zack, el resto tenían ya todos los quince. Valeria, Zack y yo éramos más
pequeños que el resto, pero todos nos tratábamos de la misma manera. Al acabar
el partido los chicos nos vieron y se sentaron en una esquina de la cancha con
nosotras, cogieron su porción de pizza y nos pusimos a hablar un rato, dentro
de poco serían las seis, la hora de cenar.
-¿Qué tal el partido?-pregunté.
-Ganamos-contestó Zack cogiendo aire.
-Chicos, estáis agotados-dijo Valeria
mirándoles.
Estaban rojos y sudorosos, como todos
los chicos cuando juegan un partido de fútbol.
-Sí,-dijo Alex-yo me voy a ir a dar una
ducha-dijo acabando su porción de pizza.
-Por cierto, gracias por la pizza
chicas-dijo Nico.
-De nada-contestamos sonriendo.
-Yo también me voy a la ducha,-dijo
Jake-no me gusta estar sudado cerca de unas señoritas como vosotras-dijo
mirándonos.
Nos reímos.
-Vamos-dijo Robert levantándose.
Los chicos fueron a la habitación y
nosotras nos fuimos también a duchar, cogimos las cosas y fuimos al baño, nos
duchamos y un tiempo después volvimos a la habitación a secarnos el pelo.
Cuando terminamos, nos pusimos las camisetas monas que habíamos comprado
combinadas con unos shorts a juego y unos Converse. Abrí la puerta de la
habitación para bajar a cenar y nos cruzamos con los chicos que salían de la
ducha.
-¿Todavía no habéis acabado?-pregunté
mirando a Jake, que aún estaba con la toalla alrededor de la cintura y unas
chanclas.
-Sí, Sara que se te van los ojos-dijo
riendo.
Sonreí moviendo la cabeza de un lado a
otro.
-Os vais a quedar sin agua,-contesté
riendo-luego las que tardamos somos nosotras.
-Pues, habéis tardado poco-dijo él.
-Por eso lo digo-dije mirándole.
-Vamos-dijo Kat saliendo detrás de mí y
mirando a Jake.
-Otra a la que se le van los ojos,-dijo
el chico riendo-ya sé que estoy muy bueno pero disimulad por lo menos ¿no?
-Hijo, es que tienes una tableta…-dijo
Kat mirándole.
-Me voy,-dijo el chico riendo entrando
por la puerta.
Valeria salió de la habitación
poniéndose un pendiente y cerró la puerta.
-Vaya, el monumento que te acabas de
perder-dijo Kat mirándome.
-Y tanto.
-¿Vamos yendo a cenar?-preguntó Valeria.
-Vamos.
por favor sigue me encanta sigu sigu sigue de una nueva segidora NALU porfavor te lo ruego me pongo de rodillas si quiieres pero siguela porfavor
ResponderEliminarGRACIAS ;D XOXO: NALU
jajajaja vale, cuando vuelva de vacaciones la sigo! :) Un beso y gracias por leer! :)
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