lunes, 30 de julio de 2012

Capítulo 8: California Gurls




  
*Esa misma noche, en una de las habitaciones de la residencia de un lugar de Londres*

Valeria y yo entramos por la puerta de la habitación, nos pusimos el pijama y nos metimos en la cama, acabábamos de volver de la cena.
-¿Nos quedamos un rato hablando o estas cansada?-preguntó Valeria.
-Nos quedamos hablando,-dije sonriendo-¿que hicisteis cuando Alex y yo fuimos a la tienda de música a por la guitarra?
-Fuimos a la tienda de Billabong a comprar el skate de Zack, a Stradivarius, a Claire’s y a otra tienda de ropa de chicos que nos llevó Nico y no me acuerdo de cómo se llama,-contestó Valeria- ¿y vosotros? ¿Qué hicisteis después de salir de la tienda de música?
-Estrenar la guitarra de Alex-contesté sonriendo.
-¿Pero algo más haríais no?-preguntó Valeria mirándome fijamente.
-Me llevó a un parque de al lado del Buckingham Palace y estuvimos cantando ‘Cry Me A River’-dije sonriendo.
-Oh, qué bonito-dijo Valeria mirándome dulcemente-¿Y no pasó nada?
-Nada de nada-contesté sonriendo.
-No sé si creerte-contestó mirándome.
-Pues deberías-contesté.
-Te creo, pero sé que algo va a pasar entre vosotros dos-contestó sonriendo.
-¿Cómo estás tan segura si solo ha pasado un día?-pregunté entrando en razón.
-No lo sé, simplemente lo creo-contestó Valeria.
Yo creo que era imposible saber nuestros sentimientos en un solo día pero Valeria tenía algo de razón, me sentía a gusto con él. Era un amigo, y pude que surgiera algo entre nosotros, pero no tan pronto. Aún no, puede que en el futuro, en un futuro próximo o lejano, ya se vería como estaban las cosas.
-Además…-dijo Valeria-yo creo que hacéis buena pareja, los dos sois músicos-dijo con una amplia sonrisa.
Alguien picó en la puerta de la habitación, ¿Quién sería a estas horas? Me levanté de la cama, me puse las zapatillas y abrí la puerta.
-Hola,-saludó una chica morena de ojos verdes-soy vuestra nueva compañera.
-Hola-dije dándole dos besos-yo soy Sara y esta es Valeria-dije señalando su cama.
-Me llamo Kat,-dijo sonriendo-encantada.
Valeria se acercó a la puerta y las dos ayudamos a Kat a meter sus cosas dentro de la habitación.
-¿De dónde eres?-pregunté cuando nuestra nueva compañera entró a la habitación.
-Nací en Madrid, pero llevo diez años viviendo en Los Ángeles-contestó la chica.
-Guau. Siempre he querido ir a allí-dijo Valeria.
-Y yo, es mi lugar favorito, y eso que aún no he ido-dije riendo.
-¿Y vosotras?-preguntó.
-Yo soy de Asturias-contesté.
-Y yo de Valencia-contestó Valeria.
Kat colocó la ropa en su armario y sus pertenencias en los cajones y estanterías que le correspondían y eligió la cama de al lado de la mía para dormir. Se puso el pijama y se sentó en su cama, Valeria hizo lo mismo y yo fui a llamar a los chicos para presentarles a Kat. Al cabo de un rato, todos los chicos entraron en nuestra habitación. Se presentaron y nos pusimos a hablar hasta tarde, Alex vino a mi cama y cogió mi guitarra, se sentó y se puso a tocar. Jake, Robert, Nico y Valeria estaban hablando animadamente con Kat mientras que Alex y yo estábamos disfrutando de la música que Alex hacía con las seis cuerdas de mi guitarra. Aún así estábamos prestando atención a lo que estaban hablando.
-¿Sabes que tú nombre tiene nombre de Kit Kat?-dijo Jake riéndose.
-Siempre que llego nueva a algún sitio, alguien hace ese chiste-dijo Kat sonriéndole.
Alex, seguía tocando la guitarra a mi lado. Saqué mi portátil de la funda, lo encendí y me tumbé en la cama con el portátil encima de las piernas. La melodía que Alex estaba tocando con mi guitarra me dio una idea para una canción, abrí el Word y comencé a escribir una letra nueva.
Cause baby, when you laugh, when you smile,
When you say hello or when you say goodbye,
All the things are right,
When you are with me
-¿La acabas de escribir ahora, o ya la tenías?-preguntó Alex mirando la pantalla del ordenador.
-Ahora-dije un pelín nerviosa. No me había dado cuenta de que estaba leyéndolo.
-Pues, está bien, ¿Te ha salido sin más?-preguntó poniendo un brazo en la nuca, y sonriéndome.
-Sí, simplemente escuchando lo que tocabas-dije mirándole.
-Me gusta, podemos escribir una canción juntos-dijo sonriendo.
-Me encanta esa idea,-dije mirándole a los ojos-¿Vemos una peli?, tengo algunas en el portátil.
-Vale, pero nos ponemos los cascos para no molestar, que tienen una conversación ahí…-dijo Alex sonriendo mirándoles.
Alex guardó mi guitarra en la funda, se sentó a mi lado, más cerca que antes y saqué unos cascos del cajón que había en mi mesita de noche, los conecté en el ordenador, le di un casco a Alex y el otro lo puse en mi oreja.
-¿Cuál vemos?-pregunté señalando todas las películas que tenía en una de las carpetas del ordenador.
-¿Saw?-preguntó Alex mirándome.
-No, que si no luego no duermo-contesté mirándole a los ojos.
-Si quieres, duermo contigo-dijo sonriendo.
-Mejor, vemos otra-dije rechazando su oferta.
-Vale, ¿Amanecer?-preguntó sonriendo.
-Sí, me gusta esa película.
-¿Qué película te gusta? ¿Qué hacéis?-preguntó Valeria.
-Vamos a ver Amanecer-dije sonriendo a Valeria-¿Queréis verla?
-Vale-contestó Valeria.
-Me encanta esa peli,-dijo Kat- Taylor Lautner está como un pan.
-Lo sé,-dije sonriéndole-sentaros por aquí.
Valeria y Kat juntaron la cama de Kat a la mía y se sentaron en la cama de modo que pudieran ver la peli, los chicos hicieron lo mismo con la de Valeria y se sentaron al lado de Alex.
Pronto en la pantalla del ordenador, apareció un bosque con los árboles y las hojas mojados, era el bosque de La Push, en Forks. Jacob lanzaba un papel al suelo; la invitación para la boda de Edward y Bella se quitaba la camiseta y echaba a correr. Poco a poco acabamos de ver la película, cuando nos dimos cuenta ya eran las doce de la noche.
-Nos vamos que es tarde-dijo Zack mirando la hora en el móvil.
-Venga hasta mañana chicas-dijo Alex.
-Adiós-contestamos nosotras.
Los chicos salieron de nuestra habitación y la cerraron sin hacer ruido, Valeria y Kat separaron sus camas de la mía y se sentaron cada una en su cama.
-Kat, ¿a qué Alex y ella hacen buena pareja?-preguntó Valeria mirándome.
Te mato, pensé dirigiéndole una mirada de asesina a Valeria.
-¿Estáis saliendo?-preguntó Kat mirándome.
-No-contesté enrojeciendo.
-De momento-dijo Valeria.
-No,-contesté- de momento no, hay millones de chicas en la residencia no voy a ser la elegida-contesté riendo. Parecía una película de extraterrestres.
Valeria y Kat me miraron sonriendo.
-Ya, pero se nota que hay algo-dijo Kat.
-Si acabas de llegar, como vas a notar que hay algo, si además no hay nada, somos buenos amigos, nada más-dije empezando a cabrearme un poquito.
-Bueno, vale-dijeron Valeria y Kat mirándose la una a la otra.
-A dormir-dije intentando librarme de sus pensamientos y metiéndome en la cama.
-Está bien-dijeron sin rechistar.
Se tumbaron y apagué la luz, apoyé mi cabeza en la almohada y comencé a pensar en lo que había pasado, tenía una foto con Niall Horan, y Alex,  me había llevado a un lugar precioso donde habíamos hecho lo que más nos gustaba a los dos. Para haber sido el segundo día de nuestra estancia en Londres, parecía que nos conocíamos de toda la vida, había sido un día maravilloso, no sabía cuál era la razón, pero había sido un día especial. Al día siguiente fuimos a clase, la rutina diaria de siempre, los chicos habían planeado quedarse la tarde jugando un partido de fútbol por lo que después de comer, Valeria, Kat y yo salimos a la ciudad de compras. Nos acercamos hasta el Covent Garden, sabíamos dónde estaba gracias al día anterior, cerca de allí conocimos a Niall Horan. Una experiencia que sería inolvidable para nosotras hasta el último día de nuestra estancia en Londres. O por lo menos, del primer año. El Covent Garden era cómo una especie de mercadillo, había varios puestos con jabones, camisetas, gorras, recuerdos, incluso había una tienda sólo de caramelos. Nos adentramos en el Covent Garden, unos mimos estaban quietos como estatuas, un mago hacía desaparecer euros y aparecer libras y una chica de unos veinte años, estaba cantando ópera en la planta baja del Covent Garden. Bajamos las escaleras para verla más de cerca, le echamos unas monedas en una cajita de cartón que tenía a sus pies, y le sonreímos. La joven nos sonrió sin dejar de deleitarnos con las notas tan agudas que salían de sus cuerdas vocales. Cerca de allí una tienda nos llamó la atención las paredes una de color fucsia y la otra de un tono de azul eléctrico, las estanterías de varios colores, y las camisetas con mensajes graciosos en el escaparate nos hicieron entrar a mirar la tienda por dentro, salimos de allí cada una con una camiseta. La mía ponía: Kiss Me, I’m super sweet y el dibujo de un pastel de fresa. La de Valeria tenía un conejito rosa y ponía: I’m cute and you know it. Y la de Kat tenía el dibujo de un bote de kétchup y unas patatas y ponía: Give Me a Kiss. A partir de ahora esa tienda, para nosotras sería la tienda de las camisetas monas. Entramos en un par de tiendas más donde nos compramos vestidos y alguna que otra camiseta y salimos del Covent Garden. En las afueras de la plaza había una pizzería. Entramos y nos sentamos en una mesa. Kat fue a pedir.
-Ir de compras da hambre-dijo Valeria.
-Sí, y eso que acabamos de comer hace dos horas-contesté riendo.
Kat volvió a la mesa con dos pizzas grandes de jamón y queso y tres latas de Coke.
-Qué aproveche chicas-dijo Kat sentándose.
-Igualmente-contestamos Valeria y yo.
-El tercer día en Londres y no pisamos la residencia por la tarde-dije al acabar de dar un bocado a una porción de pizza.
-Ya,-dijo Kat-las ventajas de saber inglés, que puedes salir de la residencia cuando quieras y no tienes problema para pedir en las tiendas.
Acabamos de comer una pizza y la otra la llevamos para la residencia, fuimos a posar las bolsas a la habitación y salimos con la pizza a la cancha de fútbol. Cogimos una última porción cada una y el resto lo dejamos para los chicos. Vimos como Nico, Zack, Alex, Jake y Robert jugaban un partido de fútbol contra un grupo de alemanes e italianos. Los chicos contra los que estaban jugando estaban en nuestra clase, algunos los conocíamos de vista otros debían de estar en la otra o en un curso superior. Las clases estaban repartidas de una manera distinta a la de España; los que estarían en segundo y tercero en un curso, y los de cuarto y mayores de dieciséis en otro. Los de primero estaban en el Primary School, que vendría a ser primaria en España. Kat era un año mayor que nosotras y los chicos, menos Zack, el resto tenían ya todos los quince. Valeria, Zack y yo éramos más pequeños que el resto, pero todos nos tratábamos de la misma manera. Al acabar el partido los chicos nos vieron y se sentaron en una esquina de la cancha con nosotras, cogieron su porción de pizza y nos pusimos a hablar un rato, dentro de poco serían las seis, la hora de cenar.
-¿Qué tal el partido?-pregunté.
-Ganamos-contestó Zack cogiendo aire.
-Chicos, estáis agotados-dijo Valeria mirándoles.
Estaban rojos y sudorosos, como todos los chicos cuando juegan un partido de fútbol.
-Sí,-dijo Alex-yo me voy a ir a dar una ducha-dijo acabando su porción de pizza.
-Por cierto, gracias por la pizza chicas-dijo Nico.
-De nada-contestamos sonriendo.
-Yo también me voy a la ducha,-dijo Jake-no me gusta estar sudado cerca de unas señoritas como vosotras-dijo mirándonos.
Nos reímos.
-Vamos-dijo Robert levantándose.
Los chicos fueron a la habitación y nosotras nos fuimos también a duchar, cogimos las cosas y fuimos al baño, nos duchamos y un tiempo después volvimos a la habitación a secarnos el pelo. Cuando terminamos, nos pusimos las camisetas monas que habíamos comprado combinadas con unos shorts a juego y unos Converse. Abrí la puerta de la habitación para bajar a cenar y nos cruzamos con los chicos que salían de la ducha.
-¿Todavía no habéis acabado?-pregunté mirando a Jake, que aún estaba con la toalla alrededor de la cintura y unas chanclas.
-Sí, Sara que se te van los ojos-dijo riendo.
Sonreí moviendo la cabeza de un lado a otro.
-Os vais a quedar sin agua,-contesté riendo-luego las que tardamos somos nosotras.
-Pues, habéis tardado poco-dijo él.
-Por eso lo digo-dije mirándole.
-Vamos-dijo Kat saliendo detrás de mí y mirando a Jake.
-Otra a la que se le van los ojos,-dijo el chico riendo-ya sé que estoy muy bueno pero disimulad por lo menos ¿no?
-Hijo, es que tienes una tableta…-dijo Kat mirándole.
-Me voy,-dijo el chico riendo entrando por la puerta.
Valeria salió de la habitación poniéndose un pendiente y cerró la puerta.
-Vaya, el monumento que te acabas de perder-dijo Kat mirándome.
-Y tanto.
-¿Vamos yendo a cenar?-preguntó Valeria.
-Vamos.

2 comentarios:

  1. por favor sigue me encanta sigu sigu sigue de una nueva segidora NALU porfavor te lo ruego me pongo de rodillas si quiieres pero siguela porfavor
    GRACIAS ;D XOXO: NALU

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  2. jajajaja vale, cuando vuelva de vacaciones la sigo! :) Un beso y gracias por leer! :)

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