sábado, 29 de septiembre de 2012

Capítulo 10: Is This Love?



La primera clase del jueves era historia, una de las clases que más odiaba, me aburría demasiado, me senté en la segunda fila de al lado de la ventana y para mi sorpresa Valeria se sentó con Kat delante.
-Ya me darás las gracias, luego-dijo sonriendo mirando hacia la puerta.
Ahora lo comprendía, el chico moreno al que había conocido hace cuatro días estaba entrando por la puerta con el resto de los chicos.
-¿Me siento contigo vale?-preguntó sonriendo.
-Sí, que así no se me hace eterna la clase.
-¿Me parece raro, que Valeria o Kat no se hayan sentado contigo?
-Ya,-contesté fulminando a las chicas con la mirada-creo que lo tenían planeado.
-Por lo menos, tenemos una cosa buena.
-¿El qué?-pregunté confusa.
-Qué no nos vamos  a aburrir escuchando la clase-dijo sacando unos cascos del bolsillo de la sudadera.
-Alex, como nos pillen te mato.
-Toma y calla,-dijo dándome uno-esto lo he compuesto esta mañana antes de ir a desayunar.
Me puse un casco y una melodía de guitarra comenzó a sonar, conocía esa canción y no la había compuesto él.
-Esto no lo has compuesto tú ni de coña, esa canción es de Whitesnake-dije mirándole fijamente a los ojos.
-Mierda, te las sabes todas.
-Sí,-dije riendo-¿pensabas que iba a colar?
-Con los chicos coló.
-¿En serio? Madre mía, no saben de música.
-No tanto como tú.
Sonreí quitándome el casco.
-Eso es cierto, a mi no me engañas.
-Ya, lo de la nota aún podría ser mentira ¿eh?-dijo mirándome divertido.
En ese momento entró la profesora por la puerta.
-Qué sepas que te has librado de un puñetazo gracias a la profesora-dije en voz bajita.
-¿Qué? No te oigo-dijo vacilante.
-Pues lo vas a sentir-dije dándole una patada por debajo de la mesa.
-Au-chilló en voz baja.
-No vuelvas a andar en mis cosas ni en mi habitación.
-¿Ni para darte sorpresas?
-Ni para sorpresas.
-Vale,-suspiró- por cierto ¿qué tienes pensado hacer esta tarde?
La profesora miró a Alex, este disimuló escribiendo la fecha en la libreta. Cogí mi boli e hice lo mismo. La profesora siguió explicando la historia de los reyes de Inglaterra. Valeria dejó disimuladamente un trozo de papel encima de mi mesa.
-Ya vas contando lo que pasó esta mañana, me da igual que lo lea Alex, tú escribe.
-No pasó nada, simplemente quería pedirme perdón por haber entrado en nuestro cuarto sin permiso y asegurarme que no habían abierto ningún cajón.
-Ya, y por eso cuando abrimos la puerta, estabais tan cerca,
-Fue solo un abrazo, nada más. Créeme si pasa algo os lo cuento, prometido.
-¿El qué va a pasar?-preguntó Alex susurrando mirando el papel.
Le devolví la hoja a Valeria y la miré esperando su respuesta con la mirada, ella asintió y se dio la vuelta en su silla.
-Nada.
-¿Entonces a qué te refieres en la nota?
-A que si pasa algo entre nosotros, se lo tengo que contar.
-¿Y por qué tiene que pasar algo entre nosotros?
-No sé, ellas piensan que pasa algo por lo de esta mañana.
-Ah ya-dijo Alex sonriendo- y si por alguna casualidad pasa algo y quiero que sea secreto.
-¿Eso significa que sí puede pasar algo?-pregunté divertida.
-Puede,-dijo sonriendo-aún no has contestado a mi pregunta.
-¿A qué pregunta?-pregunté confusa.
-¿Qué vas a hacer de tarde?
-No sé ¿por?
-Por qué a lo mejor nos vamos de visita.
-¿A dónde?
-Ya lo verás.
En ese instante sonó el timbre. La clase de lengua se me pasó demasiado rápido y el timbre volvió a sonar. Me levanté, cogí mi mochila y me dirigí hacia el patio con los cascos puestos, Kat y Valeria venían detrás. Me senté en una esquina de la cancha de fútbol, los chicos venían en nuestra dirección para jugar un partido.
-¿Te importa sentarte en todas las clases con Alex y que yo me siente con Kat?-preguntó Valeria.
-No hay problema-contesté sonriendo.
-¿Qué vamos a hacer de tarde?-preguntó Kat.
-A mí me ha dicho Alex de ir a no sé dónde.
-Oh, qué bonito-dijo Valeria haciendo un corazón con las manos.
Moví la cabeza de un lado a otro y para mi sorpresa vi que dos de las chicas italianas creo que eran Mel y Sam estaban hablando, o mejor dicho ligando, con Alex.
-Oh, oh, ¿qué has visto?-preguntó Kat- ¿A quién le tengo que partir la cara?
-A nadie,-contesté relajándome-solo están hablando.
Alex se alejó de las chicas haciendo un gesto de despedida con la mano y se acercó a nosotras, se sentó a mi lado.
-¿Qué querían esas?-dije sin disimular el tono de enfado.
-Sam, quería quedar conmigo esta tarde.
-¿Y qué le has dicho?-pregunté temiendo lo peor.
-Que no podía quedar, que ya tenía la tarde ocupada.
En ese momento una sonrisa se dibujó en mi cara.
-Chicas, ¿queréis venir a dar una vuelta por Londres?-preguntó Alex.
-No, gracias-contestó Valeria mirándome- nos vamos a ir con los chicos a ver una peli.
-Entonces nos vamos a algún lado tú y yo ¿no?-preguntó Alex mirándome.
-Sí.
-Chicas ¿nos cubrís?, decid que estamos malos o algo ¿vale?-dijo Alex mirando a Kat y a Valeria.
Las dos asintieron. Alex cogió mi mochila del suelo y me tendió la mano para ayudar a levantarme. Me levanté confusa y sin soltar su mano le seguí corriendo en dirección a la puerta. A la salida del recinto solté su mano.
-¿No se suponía que íbamos esta tarde?
-Se suponía, sorpresa.
-¿A dónde vamos?
 -Tengo una idea, sígueme.
Caminé a su lado por una de las calles que ya tenía más que conocida.
-¿Quieres desayunar?
-Vale-contesté sonriendo.
-Pues entremos aquí.
Un Starbucks estaba justo a nuestro lado, entramos y fuimos al mostrador. Pedimos nuestros desayunos y poco tiempo después fuimos al mostrador a recogerlos. Nos sentamos en una de las mesas dentro del local. Alex bebió un sorbo de su chocolate. Yo hice lo mismo con mi caramel machiatto.
-¿Dónde tienes pensado ir?-di otro sorbo a mi café y le miré directamente a los ojos.
-Pues tenía una sorpresa para ti pero hasta las cuatro no te la puedo dar.
-¿Y por qué tanta sorpresa?
-Se ve que aún no te has dado cuenta.
-Pues no-le miré confusa-¿me tengo que dar cuenta de algo?
-No, tranquila, pronto lo sabrás-se acabó de un trago el chocolate.
Alex sonrío. Tenía los labios manchados de chocolate y también la cara. Moví la cabeza de un lado a otro y me empecé a reír. Le desapareció la sonrisa de la boca se miró en el servilletero y se limpió la boca con una servilleta. Después volvió a sonreír.
-¿Te queda mucho?
-No, solo un trago,-acabé el caramel machiatto-ya está.
-¿Nos vamos?
-Sí.
Mañana soleada. Hacía frío. Las calles de Londres estaban medio vacías, un señor hablaba por teléfono en una de las famosas cabinas de color rojo. Una ráfaga de viento sopló justo cuando salíamos del Starbucks. Me estremecí. Alex se dio cuenta.
-¿Tienes frío?
-Un poco.
-Toma.
Se quitó la sudadera, una muy bonita de color azul de marca Rip Curl y me la dio. Me quité la mochila. Él la cogió, me puse su sudadera y me subí las mangas un poco porque me quedaba gigante. Se dio cuenta y sonrió.
-¿Quieres que te lleve la mochila?
-No, no hace falta.
-Vale-dijo tendiéndome la mochila.
Continuamos nuestra ruta por una de las calles que llevaban al palacio de Buckingham cerca del parque en el que nos habíamos puesto a tocar el día anterior. Miré el reloj, ya eran  las doce de la mañana, la hora de comer. Aun se me hacía raro comer dos horas antes, pero ese era el horario del instituto y de toda Inglaterra.
-Alex, ¿Tienes hambre?
-Sí, ¿tu?
-También, ¿Vamos al McDonald’s?
-Vale, me parece que hay uno por aquí cerca.
-Lo hemos hecho al revés.
-¿El qué?-pregunto confuso.
-Hemos tomado primero el postre y ahora vamos a comer.
Se rio.
-Es verdad, vamos al revés del mundo.
Caminamos durante quince minutos por el camino de un parque, una ardilla corría por el prado perseguida por un pequeño perro de raza Yorkshire que ladraba alegre. La ardilla escaló por uno de los troncos de los inmensos árboles que había. Contemplé el paisaje, era precioso, verde, como los prados que había donde yo vivía. La verdad se parecía bastante, pero añoraba a mi familia y a mis amigos a pesar de estar pasándomelo bien. Atravesamos el camino y vimos un pequeño carrito en el que vendían perritos calientes, unos bien grandes.
-Alex, ¿Te apetece un perrito caliente en vez de ir al McDonald’s?
-Te iba a preguntar justo lo mismo.
Sonreí. Era increíble la cantidad de cosas que teníamos en común, y las que aún me quedaban por descubrir. Nos acercamos al carrito de los perritos calientes. Una joven rubia estaba atendiendo a dos niños mientras que otra morena hacía los perritos. Llegó nuestro turno.
-How can I help you?
-Can you give us two hot dogs, chips and two Cokes please?-preguntó Alex.
-Sure wait a few minutes.
Esperamos un rato mientras se freían las patatas. Al fin teníamos todo.
-How much is it?
-It’s six pounds fifty pence.
-Okay, here you are-Alex pagó la comida.
-Thank you.
-You’re welcome. Bye.
-Bye.
Nos sentamos en uno de los bancos del paseo por el que habíamos ido a comer. La gente pasaba a nuestro lado pero nos daba igual, era la hora de comer. Tras acabar mi perrito me levanté.
-¿Vamos a dar una vuelta por el parque mientras comemos las patatas?
-Vamos.
Alex se levantó, cogió su Coca-Cola y la abrió, caminamos por otro camino que daba a un estanque en el que había patos y cisnes, además de alguna planta y una pequeña isla en el centro. Nos acercamos al estanque, a nuestra derecha había un restaurante tenía las paredes de madera y un montón de mesas fuera en las que la gente disfrutaba de su comida. La mayoría de la gente eran turistas, por lo que pude distinguir, había algunos franceses e italianos, y me parece que alemanes. Un pato se acerco a donde estábamos, en frente de una barandilla de color verde que separaba el estanque de la acera. Alex cogió una de mis patatas y se la tiró al pato. Éste se la comió.
-Mira, si le gustan las patatas.
-¿Cómo no le van a gustar las patatas con lo ricas que están?-dije comiendo una.
Le tiró otra patata al pato.
-¡Oye que me las acabas!-me quejé riendo-se va a comer el pato mas patatas que yo.
-Ya has comido bastantes-dijo riendo.
Le miré con cara de asesina y echó a correr. Le perseguí por el borde del estanque corriendo hasta que le alcancé. Dejó de correr y camino a mi lado.
-¿Me vas a pegar?
-No-dije sonriendo- si me dices lo que es la sorpresa.
-Si te lo digo no será una sorpresa.
-Es verdad.
-Pero te queda media hora para descubrirlo, aunque antes tenemos que llegar hasta allí.
Atravesamos el parque y llegamos a la zona central de la ciudad, se veía el Big Ben parecía gigante, cruzamos una calle y vimos un guardia subido a un caballo, parecía una especie de palacio pero no era el de Buckingham, por allí ya habíamos pasado. ¿A dónde me llevaba Alex? ¿Al palacio de otra reina?


martes, 18 de septiembre de 2012

Capítulo 9: Night Of My Life



-¿Dónde narices se han metido estos?-pregunté cuando ya habíamos acabado de cenar.
Los chicos no habían aparecido por la puerta, después del ‘Ahora bajamos’ que dijo Jake al encontrarnos cuando bajábamos a cenar no sabíamos nada de ellos, le di un toque a Alex pero no lo cogió ni contestó.
-¿Dónde estarán?-preguntó Kat.
Era raro que no hubieran bajado, estaban tramando algo, lo sabíamos. No sabíamos si algo para bien o para mal, pero algo habían tramado.
-¿Y qué estarán haciendo?-preguntó Valeria.
De repente, Robert apareció por la puerta de la cafetería, solo, sin ninguno de los chicos detrás, iba demasiado bien vestido para ser la hora de cenar. Robert se acercó a nosotras.
-Chicas, venid, tenemos algo preparado para vosotras.
-¿Y eso por qué?-contestó Kat.
-Por la pizza.
-¿En serio?-preguntó Valeria tan alucinada como yo.
-Sí.
-Si llegamos a saber que ibais a hacer algo para nosotras, en vez de traeros pizza os llevamos otra cosa o a un restaurante a cenar-contesté riendo.
Robert sonrió.
-Venga ¿Venís?
-Vamos.
Robert nos guió por el pasillo de salida del instituto pero en vez de salir al instituto, nos hizo subir por las escaleras, seguimos el pasillo de las clases hasta el final y en la última puerta a la derecha Robert aporreó la puerta. Los chicos abrieron. Entramos en el aula, era un aula vacía que los profesores usaban para guardar material antiguo. Lo que aún no consigo entender es como consiguieron las llaves de esa aula. Las luces estaban apagadas y no veíamos nada, sentí dos brazos cogiéndome por la cintura y guiándome hacia dentro y alguien me susurró al oído.
-Gracias por la pizza.
Descubrí que la voz era la de Alex. Robert, que aún estaba en la puerta, encendió la luz de la clase. Habían limpiado la clase, había mantas y cojines en el suelo y mi guitarra y la de Alex estaban en una esquina. ¿Cómo narices había entrado en la habitación? Había una pantalla en la pared y un proyector conectado a un portátil, que no era el mío.
-¿Cómo entraste en nuestra habitación?-pregunté a Alex una vez que todas estábamos sentadas en las mantas.
-Aquí el genio,-dijo dándole una palmada a Zack en el hombro- que sabe abrir puertas.
-¿No habréis cotilleado donde no debíais?-pregunté mirándoles a los ojos.
-Puede…-dijo Alex con una sonrisa pícara.
-La madre que lo….-grité a la vez que le daba un puñetazo con un poco de fuerza en el hombro.
Valeria, Kat y los demás chicos se echaron a reír.
-Bueno, esto era para daros las gracias por la pizza, y una manera de deciros que somos como una familia, y que sois nuestras hermanitas pequeñas-dijo Nico sonriendo.
-¡Ay, que majos!-exclamamos sonriendo.
Le dimos un beso en la mejilla a cada uno de los chicos y todos sonrieron.
-De verdad, no hacía falta-dijo Valeria.
-No,-contestó Kat-pero ya que lo habéis hecho vamos a pasarlo bien.
-Dormimos aquí ¿no?-pregunté algo confusa.
-Sí.
-¿Y mañana?-preguntó Valeria.
-Mañana a las seis en pie para llevar todo esto sin que nos pillen-contestó Robert
-¿Pero las puertas del insti no están cerradas?-preguntó Kat.
-Nena, la puedo abrir-dijo Zack sonriendo.
Kat miró sonriendo a Zack.
-¿Vemos una peli?-preguntó Jake.
-¿Una de miedo?-pregunté sonriendo.
-No, que luego nos meten sustos y no nos dejan dormir-contestó Valeria.
-No lo haremos, prometido-contestó Alex.
-¿Seguro?-pregunté mirándole fijamente a los ojos.
-Seguro-dijo manteniendo la mirada en los míos.
-Vale, entonces ¿Cuál vemos?-pregunté.
-¿Saw?-preguntó Kat.
-Vale.
Nico seleccionó el archivo de la película en su portátil y le dio al play, la película se veía en la pantalla gigante. Valeria estaba entre Kat y yo, a mi izquierda estaba Alex, al lado de Alex, Zack, y detrás de nosotros se sentaron Nico, Jake y Robert. La película comenzó con una escena sangrienta. Valeria se puso uno de los cojines en la cara y a cada escena en la que había sangre o cualquier cosa asquerosa se tapaba la cara con el cojín. Kat veía la película sin inmutarse con nada, los chicos miraban la película riéndose y haciendo chistes malos sobre las escenas, y yo observaba como Alex miraba la película poniendo caras raras cada vez que sucedía algo desagradable. Era una película que tenía algo, algo con lo que soñar en una de tus peores pesadillas, no era exactamente una película de miedo, pero narraba formas de vida o muerte que a ninguna persona le gustaría pasar por ellas. Mientras miraba a la pantalla noté como Alex me miraba, le devolví la mirada y le sonreí. Apoyé mi cabeza en su hombro y seguí viendo la película. Valeria se tumbó en las piernas de Nico, que estaba detrás de ella y Kat se sentó al lado de Robert y Jake para hacer más chistes malos sobre la película. Una escena en la que salía mucha sangre e intestinos les llamó la atención.
-Tío, ahí han gastado más kétchup y salchichas que las que comemos nosotros en todo un año-dijo Jake riéndose.
Todos estallamos a reír. Seguimos viendo la película callados, pero riéndonos a cada poco por las paridas que soltaban Jake y Robert. Kat se estaba quedando en el hombro de Robert.
-Lo que yo decía si aquí somos como una gran familia-dijo Alex en voz baja para no molestarles.
-Sí,-contesté sonriéndole-tú eres mi hermanito mayor y mi profe de guitarra ¿vale?
-Vale-contestó sonriendo.
Valeria se quedó frita encima de las piernas de Nico. Robert se quedó dormido apoyado en Kat. Alex me rodeó con su brazo y apoyó mi cabeza contra su pecho. Oí los latidos de su corazón, latían fuerte ¿Eso significaba que le gustaba? ¿O que estaba nervioso? Poco a poco, escuchando los latidos de su corazón fui quedándome dormida…
-Mira que cuatro-oí decir a Jake cuando me desperté.
-¿Qué, tiene un pecho cómodo?-contesté riendo.
-Se ve-contestó Zack.
-¿Apagamos la peli y dormimos ya?-preguntó Jake.
-No sé tío, ¿Qué hora es?-preguntó Alex,
-Las doce.
-Pues apaga anda que mañana ya verás para levantarnos-dijo Nico.
Jake se levantó y apagó la película, saqué mi móvil del bolsillo y puse la alarma para las seis de la mañana. Jake apagó la luz y se tumbó encima de una de las mantas. Alex se tumbó y me tumbó apoyando mi cabeza en su pecho. Me dio un beso en la frente y me susurró al oído.
-Buenas noches.
-Buenas noches-contesté en un susurro.
Me abracé a su cuerpo y me dormí escuchando su respiración y los ronquidos de Robert. Estaba cómoda a su lado, me sentía bien con él cerca. Eso quería decir que… ¿Estaba enamorada? Puede, pero no pensaba decir nada sobre mis sentimientos hasta averiguar los suyos, no quería tirar nuestra amistad por la borda por un ‘Te Amo’. Pero ¿Y si Valeria y Kat tenían razón? ¿Y si es verdad lo que decían? ‘Es cuestión de tiempo’ me repetía a mí misma una y otra vez. Con un poco de tiempo lo averiguaría, un tiempo que no sabía exactamente cuándo llegaría pero que posiblemente estaba cerca. Un tiempo que podía cambiar dos vidas, dos vidas que estaban separadas pero que puede que algún día se unieran. Y fueran una sola. Me abracé a él con más fuerza, intentando decirle que no quería que se alejara de mí, que le quería tener cerca. Tenía los ojos cerrados pero sabía que no estaba dormido, lo miré a los ojos y vi como uno de sus ojos se entreabría.
-Alex,-susurré-¿estás despierto?
-No-contestó riendo en voz baja.
-Ya veo como no-dije levantando la cabeza y soltándome de él.
-Duérmete que mañana vamos a quedarnos dormidos y no vamos a llegar a clase-dijo susurrándome al oído.
Me volvió a apoyar la cabeza contra su pecho y ésta vez me acarició el pelo a la vez que susurraba.
-Buenas noches.
-Buenas noches, anda.
Me volví a abrazar a él y noté como su mano rodeaba mi cintura. Me dormí escuchando los latidos de su corazón, parecía que latía al ritmo de una canción, una canción tranquila. Eso quería decir que estaba relajado. Ésta vez sí que me dormí, ya nada me pudo despertar, excepto la canción que sonaba de alarma ‘Where Have You Been’ de Rihanna.


-Buenos días-dije en voz alta despertando a todos y apartándome del lado de Alex-recoged las cosas que nos vamos.
-¿Qué hora es?-preguntó Valeria.
-Las seis-contesté.
-Tía, que entramos a clase a las ocho y media-dijo Kat aún adormilada.
-Ya, pero tenemos que recoger esto antes de que nos pillen-dijo Nico, aún tumbado en el suelo.
-¡Venga, venga vamos!-exclamé poniéndome de pie y dando palmadas apurándoles.
Valeria, Kat y Nico fueron los tres primeros en levantarse, Zack, Jake y Robert les siguieron y Alex, aún seguía en el suelo con los ojos cerrados. Miré a Kat sonriendo y nos acercamos a Alex, le hicimos cosquillas y se levantó. Era la mejor manera de despertar a la gente, o a cosquillas o a gritos. Y en aquel momento, eran mejores las cosquillas. Los chicos y Kat comenzaron a recoger las mantas y los cojines, Nico desconectó el portátil del proyector y Valeria y yo nos colgamos las guitarras al hombro. Salimos del aula sigilosamente y nos dirigimos a la puerta del instituto, las luces aún estaban apagadas. El edificio sólo estaba iluminado por la luz del sol. Salimos del instituto y Zack, con una tarjeta de plástico, consiguió abrir la cerradura de la puerta, de forma que tras salir se volviera a trancar. Eso era lo que había hecho con la puerta de nuestra habitación. Tras atravesar el patio del instituto llegamos al edificio principal, entramos de la misma forma y  subimos las escaleras en dirección a nuestras habitaciones. Entramos en la habitación de los chicos y dejamos los cojines, las mantas y la guitarra de Alex en una de las camas. A continuación entramos en la nuestra, posamos mi guitarra y nos peinamos. Poco tiempo después fuimos a la cafetería a desayunar. Nos servimos el desayuno y nos sentamos en la mesa de siempre. Quedaba media hora para entrar en clase.
-¿No había nada que no estuviera en su sitio cuando entrasteis en la habitación no?-preguntó Alex sonriendo pícaramente.
-¿Dónde estuvisteis cotilleando?-pregunté mosqueada.
-En ningún sitio-contestó mirando a Zack con una mirada cómplice.
Zack sonrió y añadió.
-En serio, no miramos nada que no tuviéramos que ver-dijo mirándonos a las tres- de verdad, no os preocupéis.
Zack devolvió la mirada a Alex, esta vez seriamente.
Las chicas y yo sabíamos que Zack no nos estaba diciendo la verdad y eso que solo les conocíamos de hacía cuatro días, éste era el quinto día que estábamos con ellos y ya éramos como una pequeña familia. Di un mordisco a mi croissant y di un trago a mi vaso de zumo de naranja.
-Vale, os decimos la verdad,-dijo Alex mirándome a los ojos-estuvimos…cotilleando…en uno de vuestros cajones.
En ese momento me atraganté con el zumo y me puse a toser como una loca. Valeria se acercó a mí y me dio unas palmadas en la espalda para que me relajara.
-Tranquila, que ahora les matamos, no te preocupes-dijo sonriéndome.
-¿Quién narices os manda cotillearnos nuestras cosas y meteros en nuestra habitación?-solté enfadada.
-Nadie-contestó Zack.
-¿Entonces?-pregunté mirándole furiosa.
-Ven conmigo un segundo-dijo Alex cuando vio que estaba a punto de estallar, caminando hacia la puerta.
-¿Para qué?-pregunté aún más enfadada.
-Sorpresa.
Me levanté y salí detrás de él.
-Estoy hasta las narices de las sorpresas, no sé a qué tiene que venir tanta sorpresita por aquí y tanta por allá si después me hacéis cabrear con cualquier bromita que se os ocurre.
-Hazme caso, relájate-dijo mirándome a los ojos y acercándose a mí.
Le miré a los ojos y moví la cabeza de un lado a otro.
-Sois gilipollas-contesté caminando hacia mi habitación.
Alex me siguió sin decir una palabra a un paso más rápido que el mío. Se dirigió a la puerta de mi habitación. Abrí la puerta de mi habitación y me senté en la cama. Alex se acercó a mi mesita de noche y abrió el primer cajón, donde tenía el cargador de mi móvil, la cámara de fotos y el iPod. Del cajón sacó un trozo de papel doblado y me lo entregó. Lo desdoblé y lo leí:

Lo siento por haber entrado en tu habitación y coger tu guitarra sin permiso, supuse que te enfadarías, por eso te he traído hasta aquí para que leas esto y veas que no lo hicimos a propósito. Solamente queríamos pasar una noche con vosotras y te juro que éste ha sido el único cajón que he abierto. Te Quiero. Un Beso. Alex

Le miré a los ojos al acabar de leer el papel y le di un beso en la mejilla.
-Tendré que perdonarte-dije sonriendo.
-Disculpas aceptadas pero,-dijo sonrojándose un poco-¿Y ese beso?
-Supongo que por el que has escrito tú aquí-contesté sonrojándome también y señalando la nota.
Alex se sentó en la cama a mi lado, noté como me miraba los labios y se acercaba a mí. Le miré a los ojos, mis mejillas ardían y mi corazón latía muy fuerte. Se acercó aún más y nuestros labios se rozaron. Coloqué mis manos en su pelo y me abracé a él, aún estábamos a pocos centímetros, de repente…la puerta de la habitación se abrió. Eran Valeria, Kat y los chicos. Entraron en la habitación y las chicas me miraron sonriendo. No nos apartamos, apoyé la cabeza en su hombro y me susurró en el oído.
-De verdad, lo siento no pensé que te cabrearías tanto.
-No estoy cabreada-contesté guiñándole un ojo.
Me aparté de él y Alex salió hacia donde estaban los chicos, en dirección a su habitación, oí algún que otro grito y palmadas al otro lado de la pared y Valeria cerró la puerta de la habitación. –Oh no, interrogatorio-pensé. Kat y Valeria se sentaron en mi cama.
-Ya vas soltando lo que pasó,-dijo Valeria mirándome sonriendo.
-No nos vamos a clase hasta que lo cuentes-dijo Kat.
-Oh, sí,-dije riendo-llegamos tarde.
Nunca me había alegrado tanto de estar a punto de llegar tarde a clase, no me apetecía contarles nada. Aunque me temía que nos pasaríamos las clases a notitas. Y lo que más me temía hoy descubrirían algo, algo que hacía unos días ni yo misma sabía…


ATENCIÓN, ME GUSTARÍA SABER VUESTRAS OPINIONES SOBRE LA HISTORIA, CUALQUIER OPINIÓN BUENA O MALA, (PARA INTENTAR MEJORAR) TWITTEADLA JUNTO AL #WMYBNOVELA UN BESO. LA ESCRITORA.